Víctor Hugo Morales y el pensamiento crítico, censurados
Simultáneamente a la difusión de
la re-captura de los prófugos que durante 15 días provocaron desconciertos en
la población por la falta de planificación, coordinación y conducción de la
búsqueda, con una descomunal y desproporcionada actuación de distintas fuerzas
de seguridad y comunicaciones fallidas que, si no fuera por la gravedad institucional
que conlleva, ha tenido momentos bizarros de bromas y risas por la incoherencia
del denominado “operativo”; hoy, al conductor Víctor Hugo Morales le impidieron
realizar su programa y, en vivo, le comunicaron su despido. La misma suerte
corrió Cynthia García, su compañera en Radio Continental.
Una estocada más a la república, a
la democracia, a la libertad de expresión y un hecho más producido, en este
caso de dos de sus integrantes, por la troika Poder Ejecutivo-Medios
Concentrados de Comunicación-Poder Judicial.
En este mismo blog, en un par de notas anteriores, “El nuevo fusilamiento de Dorrego” (9 de enero) alertábamos sobre la fuerte tensión que provoca al sistema democrático y republicano la implementación de la nueva versión del pensamiento único: el ceoliberalismo. Genera fuerzas centrífugas que apuntan al quiebre de la democracia, ya que la tensión que provoca apunta hacia los extremos del sistema de convivencia social en el cual vivimos, anulando toda posibilidad de creación de fuerzas centrípetas que sostengan el centro político.
En un solo mes de gestión, el Gobierno Nacional provocó una mega devaluación descomunal de cerca del 40%, el despido de cerca de 15.000 personas -y continúan, todos realizados bajo persecución ideológica-, la anunciada desaparición del aire del programa 678, el cierre del AFSCA, la designación de dos jueces a espaldas del Congreso, la designación de embajadores sin acuerdo de Estados, el virtual cierre del INDEC -no informa nada desde el 10 de diciembre- y, hoy, el despido de Víctor Hugo Morales, símbolo del pensamiento crítico.
Todas estas medidas negativas
generan un clima contrario a cualquier expectativa positiva de gobierno en sus primeros
cien días.
Víctor Hugo Morales es víctima de
su consistente y persistente identidad de pensamiento. Pero también lo somos
todos los que nos vemos representados con él, en la misma forma de conducirnos
en nuestra vida. En los últimos doce años y medio nunca se produjeron cercenamientos en la libertad de expresión de ninguna índole.
Son tiempos de resistencia. El
diputado Máximo Kirchner en una entrevista radial, hace apenas un momento,
expresó que “habrá que ir buscando nuevos
elementos y formas de comunicación”. En eso estamos y ese ha sido el
espíritu de este espacio que nace justo cuando más se necesitan nuevas voces
que aporten su mirada a este nuevo escenario. El nombre que utilizamos responde
a la decisión de un presidente que el 25 de mayo de 2003 decidió no dejar los
principios y convicciones en la puerta de la Casa Rosada y la frase que nos
identifica es una de sus tantas palabras que iluminaron nuestra militancia. Porque
“No hay destinos individuales, la
política es una construcción colectiva”.
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