En una tarde calurosa, pero no
tanto, pasada las tres de la tarde, con una concurrencia que aumentaba de a
poco, las Madres ingresaron a la Plaza de Mayo para nuevamente realizar sus
rondas alrededor de la Pirámide. Bajo la consigna de “El futuro es nuestro” y
luego efectuar las vueltas respectivas, cerró el acto Hebe de Bonafini, instando a seguir
defendiendo los derechos conquistados.
Muchos de los concurrentes
partimos desde allí hacia el Centro Cultural Kirchner (CCK), donde nuevamente
sus trabajadores convocaron a público en general, artistas, trabajadores,
organizaciones sociales y culturales y medios de prensa a solidarizarse con el
reclamo que realizan para que sean atendidos por las nuevas autoridades del
Centro Cultural.
El conflicto actual en el CCK
tiene su centro de gravedad en el despido de 600 empleados, de los 710 que
trabajan en esa institución. Pero de la misma forma que en la intervención del
Afsca (que antes de la publicación del decreto en el Boletín Oficial que
intervenía el ente prohibieron el ingreso a su personal), las autoridades
prohibieron el ingreso de los trabajadores al CCK antes de ser despedidos.
El argumento ideológico utilizado por Hernán Lombardi, ya que asegura que el 81% de los trabajadores eran kirchneristas e ingresaron en el
2015, además de estigmatizador lo muestra más absurdo, porque el Centro Cultural
fue inaugurado el 21 de mayo del 2015. La pregunta surge sola: ¿Cuándo debían
ser contratados los trabajadores?
La respuesta surge sin necesidad de ser escrita.
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