martes, 1 de marzo de 2016

Inicio oficial del Orden Conservador Republicano


Segunda Fundación del Proceso de Reorganización Nacional


El país se organiza como nación sobre fines del siglo XIX, con la  denominada “generación del ´80” que crea un orden conservador político basado en una república restrictiva y un orden económico agroexportador, con Ley de Residencia para poder expulsar habitantes del mundo que querían poblar el suelo argentino, represión a los obreros en la Patagonia y una semana trágica represiva que se cargó el entonces presidente Hipólito Yrigoyen. Continúa el orden conservador y, a falta de candidatos “republicanos”, instaura el golpe cívico-militar el 6 de septiembre de 1930. El pacto Roca-Runciman de 1933, subordinando los intereses de todos los argentinos a las decisiones británicas, es el mejor ejemplo de qué país quería la oligarquía republicana conservadora.

El malestar del pueblo trabajador que empezaba a ser reconocido en sus legítimos derechos mediando la década del cuarenta cortó de cuajo la ecuación política, económica, social y cultural del orden conservador y, desde el año 1946, con la asunción del movimiento peronista  al poder, el proceso organizador nacional republicano conservador oligárquico sufre su primera y estruendosa derrota en el siglo XX.

Insoportable, insufrible, ahogante  por sus medidas de inclusión social y apertura hacia una democracia popular en crecimiento, la ya rancia oligarquía destituye en 1955 al gobierno legítimo re-elegido en 1952 y comienza una etapa de fusilamientos, persecución ideológica y destierro de cualquier situación, vocablo o mención de un cambio popular y nacional.

Nuevamente, sin candidatos “republicanos decentes” a la vista, una sucesión de golpes y autogolpes cívico-militares desembocan, ahora sí en 1976, en el primer “Proceso de Reorganización Nacional”. Reorganización pensada sobre las bases políticas restrictivas, la represión social y la ubicación económica dependiente, inspiradas en 1880.

La forma de llevar a cabo este propósito desemboca en la represión, muerte, desaparición de personas y tortura más impresionante de Argentina. Abre, al mismo tiempo, las puertas al neoliberalismo económico que termina destruyendo a la nación Argentina y hundiéndola en lo más profundo de su existencia, casi al punto de perder su soberanía.

La reconstrucción del país llegó con el gobierno de Néstor Kirchner que, con inusitada mínima legitimidad en los votos que recibió, la obtiene en la acción reparadora, reconstitutiva y formadora de derechos ninguneados en más de medio siglo.

No dejando los principios y convicciones en la puerta de la Casa Rosada, le asesta un golpe furibundo al Proceso de Reorganización Nacional iniciado en 1976, continuado en 1989 y sin gobernanza desde 1999 hasta su hecatombe en diciembre de 2001.

Cristina Fernández de Kirchner continúa desde 2007 la profundización del proyecto social, político, económico y cultural iniciado en mayo de 2003, siendo reiteradamente combatida personal, política y socialmente, para restaurar nuevamente el orden conservador de una república oligárquica y restrictiva. Los medios de comunicación concentrados (cómplices de la dictadura cívico-militar) y los grupos externos del poder financiero y político mundial arman y presentan un candidato y un partido de la “gente”. Y ganan por menos de tres puntos y en ballotage las elecciones presidenciales de 2015.

Con una legitimidad recortada por el 49% de los votos en contra, dilapidada además en apenas 80 días de gestión en los cuales realiza una transferencia de recursos desde las personas empoderadas durante doce años hacia los medios económicos concentrados, devaluando, desarmando programas sociales y culturales, despidiendo a casi 100.000 personas (entre empleados del Estado y empresas privadas), entregando soberanía económica cerrando un trato con los buitres -ahora denominados holdouts- y endeudando al país descomunalmente en proporciones inauditas, hoy, 1° de marzo, dio por comenzado oficialmente el segundo Proceso de Reorganización Nacional.

El “otro” político es el responsable de todos los males que aquejan al país. Como en el ’55, es necesario depurar política, social, económica y culturalmente todo el Estado Social de Derecho de cualquier persona o símbolo que implique volver a políticas sociales, de derechos humanos y de distribución equitativa del ingreso.




Un día nublado, sombrío, un inicio de sesiones sin manifestación masiva de apoyo -sólo estaba la “gente”, que es muy poca-, como pre-anunciando cuál sería el discurso que brindaría el Presidente al Congreso, fue el marco que lo acompañó.




La restauración de la República conservadora está en marcha. La resistencia será nuevamente la herramienta política que deberemos blandir para evitar la profundización comenzada desde antes de la asunción del nuevo mandatario.

El ceoliberalismo del siglo XXI es la nueva cara del liberalismo del siglo XIX y del neoliberalismo del siglo XX. La ideología es la misma, el modelo económico también. La exclusión social, la necesaria herramienta para “sincerar” nuevamente las relaciones de poder.

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