El grito de Mayo

Los
medios hegemónicos ningunearon la protesta, la movilización y el pedido de ¡NO
MAS DESPIDOS! y la reincorporación de los trabajadores despojados de su
dignidad. Sin embargo, la alegría de estar de pie con el contraste de la
situación política, social, económica y cultural, estuvo presente. Mujeres,
niños, adolescentes, hombres de la capital y las provincias, con o sin
identificación gremial y/o política, marcharon codo a codo desde la ancha
avenida 9 de julio hasta la mítica Plaza de Mayo. Muchos, por la gran concentración, no llegamos siquiera a
la Plaza, porque bastantes de la nutrida columna de personas que integrábamos esa
conciencia colectiva en lucha arribamos cuando el acto había finalizado.


No
se confunda señor Presidente. Esa casa que habita no es suya. Es del Pueblo. Y
aunque la re-decore, baje cuadros y suba otros, baile y cante en el balcón e intente quitarle todo lo
popular que esa casa representó durante tanto tiempo, sigue y seguirá siendo del
Pueblo. Su verdadero morador permanente.